La larva no tiene patas, es periforme de color blanco o marfil, con la cabeza endurecida y de color pardo rojizo o pardo negruzco. Con poderosas mandíbulas, es la que realmente hace los daños en la palmera. Puede llegar a medir hasta 5cm.
La pulpa se encuentra en el interior de un capullo fibroso fabricado con fibras de la planta, de hasta 4 cm de largo por 2 cm de diámetro.
El adulto puede vivir de 45 a 90 días.
Tienen actividad diurna, prefieren caminar, aunque también vuelan para encontrar otra palmera que infestar ya que las hembras, normalmente, salen fecundadas de la palmera donde nacieron y crecieron.
El picudo ataca preferentemente a la variedad Phoenix canariensis.
No abandonan la palmera inmediatamente, sino cuando ya está en avanzado estado de descomposición o cuando son atraídos por sustancias procedentes de otras palmeras como consecuencia de las podas o por las feromonas emitidas por adultos